Pirkei Avot VI - El Estudio de la Torá en la Época de Facebook y Twitter
Tanto la información que la Torá contiene, como su método de estudio pueden parecer anacrónicos e irrelevantes en la era de las comunicaciones instantáneas y de las redes sociales. ¿Qué lugar juega el estudio de la Torá en la actualidad?
Además: Se supone que el estudio de arquitectura tiene sentido para arquitectos, el estudio de ingeniería para ingenieros y medicina para médicos. ¿No sería lógico pensar que el estudio de la Torá tiene sentido únicamente para rabinos o “religiosos”?
Veamos.
La esencia de la Torá viene a ser la síntesis y expresión de la voluntad y sabiduría Divinas. El estudio de la Torá sirve no sólo por la información que tiene sino por la formación ética y alimentación espiritual que provee. El estudio de la Torá es más que una actividad académica; es una experiencia espiritual. Nutre no sólo a la mente, sino al alma.
La calidad de la comida que uno come afectará la salud y la optimización del funcionamiento del cuerpo. El ejercicio y el deporte tienen su efecto positivo y el estrés tiene su efecto negativo en el organismo. Ninguno de los elementos mencionados agrega o quita algo al cuerpo; simplemente fortifican y resaltan lo que ya tiene o lo debilitan. De la misma manera, la alimentación espiritual del estudio de la Torá y el ejercicio espiritual que implica sirven para fortificar y expresar las condiciones espirituales innatas que uno ya tiene “de fábrica” y protegen contra la atrofia espiritual.
Hay diferentes niveles de estudio de Torá con sus respectivos resultados. El nivel más elevado del estudio de Torá es estudiarla sin buscar ningún beneficio personal, ni siquiera de índole espiritual. Este tipo de estudio de Torá está denominada Torá Lishmá, o sea, el estudio con el solo objetivo de estudiar. Este tipo de estudio no tiene sentido en ninguna disciplina académica, menos en el del estudio de la Torá. A diferencia de toda actividad académica cuyo objetivo es aprender información útil (o sea la información está al servicio del estudiante), en cuanto al estudio de la Torá, hay otra dinámica. Uno estudia Torá para introducir en el plano terrenal la divinidad inherente en ella. En otras palabras, el que estudia Torá se transforma en un conducto por medio del cual la esencia Divina de la Torá llega a la dimensión humana de la existencia. En este escenario, uno está al servicio de la Torá.
Cuentan de uno que vino a quejarse a su maestro: “Nuestros sabios señalan que el que persigue el honor, el honor le huye y el que le huye al honor, el honor lo persigue. ¿Por qué es, entonces, que aunque yo le huyo al honor el honor no me persigue?”
Respondió el maestro: Debe ser que cada tanto te das vuelta para ver si te está persiguiendo y eso lo espanta…
El verdadero resultado del estudio de la Torá se logra cuando se realiza con sinceridad.
Beneficios Colaterales
Lo interesante es que si bien el objetivo del estudio de la Torá debería ser sin buscar otro beneficio, más allá de la conexión con la palabra de D-os, resulta que uno y la sociedad que integra se ven beneficiados de muchas maneras del estudio desinteresado de la Torá.
Veamos algo de los beneficios secundarios que nos ofrece el estudio de la Torá.
En el comienzo del capítulo de Pirkei Avot que estudiamos esta semana, el capítulo seis, declara:
Rabí Meir dice: Todo aquel que se dedica al estudio de la Torá desinteresadamente merece muchas cosas, y no solo eso sino que [la creación de] todo el mundo es justificada sólo por él. Es llamado compañero, amado, amante de D-os, amante de la humanidad, el que alegra a D-os, el que alegra a la humanidad. Lo viste de humildad y reverencia. Lo prepara para ser justo, piadoso, correcto y confiable. Lo aleja del pecado y lo acerca al mérito. Otros derivan de él el beneficio del consejo, sabiduría, comprensión y fuerza... Le da soberanía, dominio y jurisprudencia. Le revela los secretos de la Torá, y se convierte en un manantial con cada vez más fuerza, y como un río que nunca se corta. Se vuelve recatado, paciente y perdona los insultos. Lo agranda y lo enaltece por encima de todas las creaciones.
Podríamos compararlo al estudiante de Torá desinteresado con un fogón. El fogón arde con naturalidad, sin pensar en ningún logro personal, pero todos los que lo rodean se ven beneficiados por la luz y calor que irradia.
Son beneficios colaterales, por cierto, pero sirven también para darnos una idea de lo valioso del beneficio primario, siendo dichos beneficios nada más que el “cambio chico”.
Nuestros sabios señalan que el hecho de que fuimos creados con dos oídos y una sola boca es porque hace falta escuchar más que lo que uno habla. Al escuchar correctamente, uno tendrá lo qué decir. Si uno no sabe escuchar, ¿en qué se basará lo que dirá?
“Hablar” y “decir”
Gran parte de la comunicación generada hoy en día se basa en opiniones y sentimientos personales y la necesidad de expresarlos. Será catártico exponer la vida íntima de uno en Facebook y Twitter, pero, ¿a quién más realmente le sirve?
Por más que cada vez hay más comunicación, paradójicamente, hay cada vez más soledad. Tenemos cada vez más medios para poder comunicarnos con el mundo afuera, pero nos falta la capacidad de comunicarnos con nosotros mismos. Podemos hacer lo que queremos, pero no sabemos qué es lo que realmente queremos.
A diferencia de las redes sociales que permiten la comunicación hacia afuera; el estudio de la Torá permite la comunicación interna entre uno y sí mismo.
En conclusión, el estudio de la Torá no sirve únicamente para los rabinos o “religiosos”; sirve para cada judío que busca conectarse consigo mismo.
Shavuot
El próximo martes a la noche comienzan los dos días de la festividad de Shavuot en la cual festejamos la entrega de la Torá en el Monte Sinaí hace 3.325 años.
Es la Torá lo que nos ha definido como pueblo y nos ha trazado el camino a lo largo de la historia. Es la Torá lo que nos ha alimentado espiritualmente tanto personal como colectivamente.
Si bien la Torá nos fue entregada una sola vez, está en nosotros recibirla todos los años nuevamente. Cada año podemos volver a “recibirla”, a hacer llegar e interiorizar una nueva dimensión de ella.
Por ejemplo: si se te preguntara si recibiste un mail y dijeras que sí, ¿qué quiere decir, que llegó a tu Inbox? ¿Que lo abriste? ¿Que lo leíste? ¿Que lo entendiste? ¿Que estás de acuerdo? ¿Que vas hacer algo al respecto? Son todas distintas maneras de “llegar".
¿Cuál es tu relación con la Torá? ¿A qué punto te llegó? ¿Sabes cómo profundizar el vínculo?
Por más info sobre Shavuot, visite la página: jabad.org.uy/Shavuot5773