19 de Enero de 2012
Eretz Israel (N° 49)
Israel es una tierra con alma. Hasta su tierra y su aire son sagrados. “El aire de Israel produce sabiduría,” señalan nuestros sabios. (Hasta hay turistas que compran latas conteniendo aire de Israel, “Made in China”. Se ve que no respiraban muy hondo…) Son muchos, siguiendo el ejemplo de nuestro patriarca Jacob y su hijo José, que piden ser enterrados en la sagrada tierra de Israel, dada su santidad. En el caso de los que no llegan a tener sepultura en Israel, se acostumbra incluir un puñado de tierra de Israel en el ataúd.
Si bien toda la tierra de Israel es Tierra Santa, hay cuatro ciudades que están denominadas “ciudades santas”: Ierushalaim, Jevron, Tzfat y Tveria.
Jerusalem
La santidad especial de Ierushalaim, sitio de los dos Templos, es notorio y no necesita mucha explicación. Hasta el día de hoy, son millones los que visitan el Kótel, la parte destacada de los restos de lo que fuera la estructura del Monte del Templo, punto de encuentro entre el Creador y Su creación; entre cielo y tierra.
Nuestros sabios explican que la razón por la que justo esa parte de la estructura no fue destruida es porque fue construido no por obreros contratados, como el resto, sino por los propios judíos pobres que no tenían para donar más que el trabajo y el esfuerzo de sus manos.
Jevrón
La ciudad de Jevrón es denominada Ciudad Santa a raíz del hecho que los tres patriarcas y sus respectivas esposas están sepultados en la Cueva de Majpelá, comprado originalmente, como está documentado en la propia Biblia, por nuestro patriarca Avraham para enterrar a su esposa, nuestra primera matriarca, Sara. De acuerdo a nuestras tradiciones, ahí también yacen los restos de Adán y Eva, progenitores de toda la humanidad.
Safed
La ciudad norteña de Tzfat (Safed), famoso por sus colonias de artistas, fue y es conocida como la ciudad de los Kabalistas, o místicos judíos. Situada en las cimas de pintorescas montañas, y rodeada por las tumbas de importantes personalidades de nuestra historia, como por ejemplo Jana y sus siete hijos, uno siente una conexión especial con su pasado, con su propia alma, con su destino y hasta con D-os mismo. No es casualidad que destacadas personalidades, gigantes espirituales de la talla de Rabi Iosef Caro, autor del código de leyes conocido como el Shuljan Aruj, el Arizal “padre del misticismo judío contemporáneo”, su discípulo Rabi Moshe Cordovero, autor de la liturgia sabática Lejá Dodí, vivieron todos en Tzefat.
Hasta el día de hoy uno puede sumergirse en las aguas purificadoras de la “Mikve del Arizal”, un manantial cuyas aguas refrescantes manan de la montaña. En el año 1976 El Rebe mandó un grupo de jóvenes parejas y estudiantes para reflotar la comunidad judía de Tzefat. Han construido toda una infraestructura comunitaria con instituciones educacionales y de servicios social de renombre mundial como, por ejemplo, Beit Janá y Majón Alte. Han logrado que Tzefat recupere su gloria espiritual.
Tiberíades
A media hora, en auto, de Tzefat, nos encontramos en Teveria (Tiberíades), una ciudad costera, ubicada en un valle. Es en esa ciudad que están sepultadas personalidades como Rabí Akiva, Rabí Meir Baal Hanes y siglos más tarde, Maimónides y, más tarde, destacados líderes jasídicos.
Frutas y verduras Kasher
La especial santidad de la tierra de Israel se expresa por el hecho que hay una cantidad de preceptos relacionados específicamente con las frutas y verduras de Israel. En cualquier parte del mundo uno no debe preocuparse por que las frutas y verduras frescas sean Kasher, ya que todos lo son. La excepción es Israel y sus frutas (inclusive las exportadas para el exterior). Para que una fruta o verdura producida en Israel sea Kasher o apto para el consumo, hace falta separar cinco diferentes porcentajes, principales entre los cuales son Trumá y Maaser. Trumá es tradicionalmente un 2% que va destinado al Cohen. Maaser es el 10% que va destinado a los Levitas. Ambos son preceptos de origen bíblico.
Hay muchos detalles con respecto a estos preceptos y otros preceptos más que se aplican a las frutas y verduras de Israel que escapan el espacio de este artículo. Cabe señalar el precepto de Shmitá, o año sabático que se observa cada siete años durante el cual no se puede trabajar la tierra, dejándola descansar. Por cierto no es de los preceptos más fáciles de cumplir, especialmente para quien vive de lo que produce su tierra. De hecho, hay fondos especiales que ayudan al campesino a poder sobrellevar el año de su campo ocioso.
Tierra de Leche y Miel
La Torá describe la tierra de Israel como una tierra fértil, que mana leche y miel. “Es una tierra de trigo, cebada, uva, higos y granadas; una tierra de aceitunas y miel (de dátiles).”
En la Torá encontramos mucha correlación entre la producción de la tierra y nuestro comportamiento. A diferencia de la tierra de Egipto donde el agua surge en ciclos predecibles del Nilo y riega los campos, en Israel la lluvia proviene de las lluvias del cielo. Mientras en Egipto la población busca su destino mirando hacia abajo, en Israel lo hacemos mirando hacia arriba. Hasta el día de hoy, estamos todos pendientes del nivel de agua del Kineret, alimentado principalmente por la lluvia…
Nuestras plegarias diarias reflejan dicha dependencia al pedir lluvia en el invierno y omitir el pedido por lluvia en el verano. La costumbre de la mayoría de las comunidades judías en el mundo es ajustar las plegarias de acuerdo a las estaciones y necesidades de la comunidad en Israel.
Aliá
Aliá quiere decir ascender; principalmente en el sentido espiritual. En la época en que existía el Templo de Jeruslaem cada varón mayor de edad tenía la obligación de “ascender” a Jerusalem tres veces al año: en Pésaj, Sucot y Shavuot. Es un término que se usa también en referencia al viaje hacia Israel, siendo Israel la tierra espiritualmente más elevada del mundo. Desde cualquier parte del mundo, uno “asciende” a Israel y desde cualquier parte de Israel uno “asciende” a Jerusalem.
Usamos el término Aliá LaTorá también cuando uno es invitado a “subir” a leer la Torá. De hecho una cosa ayuda a la otra. Estudiar Torá ayuda a que uno ascienda en Israel y estar en Israel ayuda a que uno ascienda en su estudio de Torá.