Uno de los preceptos más visibles y representativos del judaísmo es el de los Tefilín. A partir de su Bar Mitzvá, cada varón judío tiene el deber de colocarlos diariamente sobre su cabeza y sobre el brazo izquierdo (los zurdos lo colocan en el diestro).

Veamos en qué consiste este precepto.

El Origen

El origen está en la propia Torá. En cuatro versículos (Deut. 6:8, 11:18, Exodo 13:9, 13:16) la Torá nos encomienda que coloquemos sobre la cabeza, entre los ojos, y en el brazo izquierdo a la altura del corazón el párrafo del cual forma parte. Los cuatro párrafos son: 1) Deut., 6:4 – 9; 2) Deut., 11:13- 21; 3) Exodo, 13:1-10; 4) Exodo 13:11 – 16. Dichos cuatro párrafos bíblicos contienen la declaración máxima de la fe judía, el Shma Israel que proclama la unidad de D -os, hablan de nuestra obligación de servirLo y de cómo nos sacó de Egipto.

Deben escribirse a mano sobre pergamino y ser colocados en dos cubos de cuero negro especialmente confeccionados para tal fin y atados, por medio de correas de cuero negro, en la cabeza y en el brazo y mano izquierdos.

El Objetivo

El objetivo de colocarnos los Tefilín es para subyugar y canalizar nuestros pensamientos, sentimientos y acciones hacia el servicio de D-os y para concientizarnos de Su providencia constante.

La palabra Tefilín está relacionada etimológicamente con la palabra Tofel que implica «reconectar », ya que los Tefilín sirven para conectar el intelecto con las emociones y a los dos con D-os.

La unidad que se coloca en la cabeza tiene cuatro compartimientos, uno para cada párrafo, mientras que en el que se coloca en el brazo, los cuatro párrafos están escritos sobre un mismo rollo y contenidos en un solo compartimiento.

Algunas de las explicaciones por esa diferencia:

1. Hay que servir a D-os con los cinco sentidos, cuatro de los cuales (la vista, la audición, el olfato y el gusto) están en la cabeza mientras que el quinto, el tacto, está en el brazo.

2. Puede haber pluralidad en el mundo de las ideas (cabeza), pero en la acción (brazo) debe prevalecer la voluntad de D-os.

Generalmente se colocan los Tefilín de mañana, antes de pronunciar los rezos de la mañana, aunque, en realidad, son dos preceptos independientes. Se acostumbra colocar los Tefilín antes de la plegaria y tenerlos puestos durante la plegaria debido a que hace falta tener los pensamientos puros mientras tenemos los Tefilín puestos y es más fácil lograrlo mientras estamos dedicados a la plegaria. De hecho, se puede colocar los Tefilín en cualquier momento del día desde poco antes del amanecer hasta la puesta del sol.

Primero se coloca el del brazo y luego el de la cabeza para señalar la prioridad que tiene la acción en nuestro vínculo con Dos, expresada en la famosa fórmula de Naasé Venishmá. La acción no debe depender de la comprensión; al contrario, la acción conlleva a la comprensión.

Damos siete vueltas al brazo con la correa, representando los siete días de la Creación, como también las siete emociones que se expresan por medio de las manos. No nos colocamos los Tefilín en Shabat ni en los días festivos, ya que Tefilín está denominado «Ot» o «señal» como también lo son el día de Shabat y la circuncisión. Son estos tres preceptos los que señalan - de manera especial - la relación que hay entre el pueblo judío y Dos. De acuerdo a la ley judía alcanza, para establecer un hecho, con el testimonio de dos testigos. Durante la semana este «testimonio» se logra por medio de los dos «testigos» de Tefilin y la circuncisión. En Shabat, al tener los dos «testigos» de Shabat y la circuncisión, colocarse los Tefilín estaría demás.

Los detalles en cuanto a cómo deben ser confeccionados y quién, cuándo y dónde hay que colocarlos fueron revelados a Moshé en el Sinaí y trasmitidos de generación en generación hasta que, eventualmente, fueron documentados en el Talmud y la Halajá.

La Protección (ya no tan) Secreta

Nuestros sabios (Talmud, Berajot, 6a) enseñan que cumplir con el precepto de los Tefilín tiene el poder de protección y de imponer terror en los enemigos de Israel.

Citando esta fuente, el Rebe de Lubavitch lanzó la «Campaña de Tefilín» poco antes de la Guerra de los Seis Días, en la cual exhortaba a todo varón judío mayor a trece años colocarse los Tefilín diariamente como una manera de ayudar a fortificar la protección de los habitantes de Israel. «El bienestar físico del judío depende, antes que nada, de su bienestar espiritual,» enfatizaba.

«Pero ¿qué tiene que ver el acto de un judío en Australia colocándose los Tefilín con un soldado en el frente en Israel?» preguntó.

Respondió dando el ejemplo del cuerpo humano en el cual se le inyecta un medicamento en la pierna para curar un padecimiento del corazón. ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? La respuesta es sencilla: si bien son dos órganos diferentes, pertenecen al mismo cuerpo y comparten la misma sangre. Una mejoría que se le hace en una parte ayuda a todo el organismo. Del mismo modo, explicó el Rebe, todo el pueblo judío está entrelazado y cualquier acto que realiza uno en cualquier parte del mundo afecta a todo el resto. Colocarse los Tefilín en el Uruguay ayuda a fortificar las manos del soldado que se encuentra en la frontera de Israel.

Hay muchas historias relacionadas con este aspecto protector de los Tefilín y especialmente durante la Guerra de los Seis Días. Las compartiremos, si Dos quiere, en otra oportunidad.

Vale señalar que los Tefilín, para que funcionen, deben ser Kasher (aptos), por lo que se los manda cada tanto a revisar por un sofer (escriba) experto. Hay quienes realizan el chequeo anualmente en el mes de Elul, como uno de los preparativos antes de Rosh Hashaná. Si quiere mandar sus Tefilín a revisar, Beit Jabad lo puede ayudar.

Hace unos años que funciona en Beit Jabad un Banco de Tefilín. Regala un par de Tefilín a todo aquel que quiere colocárselos diariamente pero no está en condiciones de comprarlos. No está habilitado todavía para chicos de Bar Mitzvá. Consúltenos.

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