Estoy sentado en el Gral. Belgrano, rumbo a Buenos Aires para acompañarte a tu último descanso.
Es muy difícil encontrar las palabras adecuadas para expresar los sentimientos que tengo desde que me enteré, en víspera de Sucot, Tiempo de Nuestra Alegría, de la estremecedora noticia de tu fallecimiento.
Nadie sabe por qué D-os lleva a la gente cuando la lleva. Es una incógnita que jamás sabremos descifrar. La pregunta que sí podemos y debemos hacernos es para qué estamos. Y a esta pregunta supiste responder muy bien.
Viviste una vida plena de logros. Fuiste un hijo ejemplar. Fuiste un hermano ejemplar. Fuiste un esposo ejemplar. Fuiste un padre ejemplar. Fuiste un rabino ejemplar. Fuiste un Jasid ejemplar. Fuiste un Shlíaj ejemplar. En fin, fuiste una persona ejemplar.
Siempre buscaste hacer lo correcto. Siempre estabas con buena disposición para ayudar al prójimo. Siempre tuviste una sonrisa en la cara. Nunca escuché de ti una mala palabra contra nadie.
Pienso en todas las importantes decisiones que tomaste en tu vida y es para maravillarse. Lo que hiciste contigo mismo. Con tu familia. Con tu comunidad.
Te costó mucho trabajo, pero los resultados están a la vista…
Muchos son los que cuestionan cómo puede ser que hayas fallecido justo mientras estabas haciendo una Mitzvá. Pero, conociéndote, era inevitable que tu último momento llegue en medio de hacer una Mitzvá, ya que ¿cuándo no estabas haciendo una Mitzvá?
Tu nombre, Aharón Péretz expresa en resumen lo que fue tu vida. Tal como tu tocayo y ancestro Aharón Hakohen, buscaste siempre imponer la paz entre la gente. Y como indica el nombre Péretz, rompiste tantas barreras para seguir adelante en tu característica manera suave pero firme.
Hay un dicho que dice que entre Jasidim no se despiden porque nunca se separan. Puede que haya una separación en el plano físico, pero espiritual y esencialmente no hay nunca una separación.
Aharón: tú, tus logros y el ejemplo de tu vida seguirán siempre con nosotros, sirviendo de inspiración y de desafío para que hagamos cada vez más y cada vez mejor.
Gracias por todo lo que nos diste.
Eliezer