¿Dónde Bailaste este Lunes de Noche?


El lunes de noche fue Simjat Torá. Bailé con la Torá en Yavne y luego en la sinagoga de la calle Franzini, y luego en la calle Franzini misma... Hubo un ambiente de alegría y hermandad, como corresponde en una ocasión tan especial.

Mientras miraba la gente que vino a celebrar Simjat Torá, pensé: si bien hay cientos, ¿dónde están los miles? La gran mayoría no estaba.

Me hizo recordar una conversación que tuve con un joven el año pasado al respecto. Unos días después de Simjat Torá le pregunté al joven, dónde fue para festejar Simjat Torá.

“A ningún lado,” respondió.

“¿Por qué?” pregunté.  

”Ni me lo cuestioné,” dijo “¿Por qué debería ir?”

“Para empezar, porque sos judío y es un día de celebración judía... ¿No?”.

Me explicó que aunque tuviera yo razón, no estaba en su formación. Nunca nadie lo llevó a celebrar Simjat Torá de niño...

Ahí entendí la raíz del problema y la solución.

Cuando D-os ofreció la Torá al pueblo judío y aceptaron, les pidió una garantía. Propusieron a los patriarcas como garantía. Fue rechazado. Ofrecieron a los sabios y ancianos como garantía. Fue rechazado. Finalmente ofrecieron a los hijos como garantía: “Vamos a enseñar la Torá a nuestros hijos y ellos a sus hijos....” Esa propuesta fue aceptada.

Si la educación judía formal e informal no incluye llevar a los chicos a celebrar Simjat Torá, ¿qué futuro judío le queda para este Ishuv?

¿Por qué esperar a que pase algo negativo para movilizarse en masa?

Propongo que el año que viene, si el Mashíaj todavía no haya llegado, las escuelas, las tnuot y los padres le den alta prioridad para asegurar que no haya ningún chico judío que no esté presente en los festejos de Simjat Torá. Es un deber que tenemos para con la Torá, para con nuestros antepasados, para con nosotros mismos y para con nuestros propios hijos y los suyos.