En honor al casamiento de nuestros queridos hijos Rabino Bentzion Shemtov y Menuja Lapidus
El casamiento judío consiste de dos partes, Eirusín o Kidushín y Nisuín. En la primera etapa el novio le entrega un anillo por medio del cual consagra a la novia. Desde ese momento está considerada casada en el sentido que está prohibida para cualquier otro hombre, aunque todavía está prohibida la convivencia con su marido. Es recién después de la segunda parte de la ceremonia, cuando se pronuncian las Siete Bendiciones, que se consuma el matrimonio. Antiguamente hubo un período de espera de doce meses entre ambas etapas durante el cual los novios se preparaban para su vida de casado. Hoy en día se realizan las dos etapas debajo de la Jupá con poco intervalo, consistiendo generalmente de la lectura de la Ketubá o contrato matrimonial, rendiciones litúrgicas realizadas por el Jazán y algún mensaje y bendición realizados por el rabino oficiante o algún familiar o amigo.
Las Siete Bendiciones, conocidas como Sheva Berajot, son recitadas sobre una copa de vino. Se recitan también durante toda la semana siguiente cada vez que hay una comida en la cual participan los novios, hay un Minián y una “cara nueva” que no haya estado en alguna de las celebraciones anteriores.
Veamos las siete bendiciones, su significado y por qué pronunciamos precisamente estas.
Las Siete Bendiciones
- Bendito eres Tú, D-os, nuestro D-os, Rey del universo que crea el fruto de la vid.
- Bendito eres Tú, D-os, nuestro D-os, Rey del universo, que ha creado todas las cosas por Su gloria.
- Bendito eres Tú, D-os, nuestro D-os, Rey del universo, Creador del hombre.
- Bendito eres Tú, D-os, nuestro D-os, Rey del universo, que creó al hombre a Su imagen, a la imagen de su semejanza El lo dotó de su forma, y preparó para él de su propio ser un edificio eterno. Bendito eres Tú, D-os, Creador el hombre.
- Que la estéril se alboroce y sea feliz en la reunión de sus hijos en su medio con júbilo. Bendito eres Tú, D-os, que alegra a Tzión con sus hijos.
- Concede abundante júbilo a estos amados compañeros, tal como antaño otorgaste júbilo en el el jardín del Edén a Tu ser creado. Bendito eres Tú,D-os, que alegra novio y novia.
- Bendito eres Tú, D-os, nuestro D-os, Rey del universo, que creó la alegría y la felicidad, el novio y la novia, el gozo, el júbilo, el alborozo y la satisfacción, el amor, el compañerismo, la armonía y la amistad. D-os nuestro D-os, que pronto se escuche en las ciudades de Iehudá y en las calles de Jerusalem el sonido de la alegría y el sonido de la felicidad, el sonido del novio y el sonido de la novia el sonido de júbilo de los novios de debajo de su jupá y de jóvenes de su jubiloso banquete. Bendito eres Tú, D-os, que alegra al novio con la novia.
Su Significado
La primera bendición, la que se pronuncia sobre el vino está siempre presente cuando se pronuncian bendiciones en ocasiones de alegría. Esto data desde los tiempos bíblicos, cuando los levitas cantaban en el Tabernáculo mientras se realizaban las libaciones de vino sobre el altar. El vino y la alabanza Divina se van de la mano.
Las otras seis bendiciones hacen referencia a los diversos aspectos y dimensiones presentes en esta ocasión tan especial. Las Siete Bendiciones son como los siete brazos del candelabro que iluminan y guían con su luz espiritual al nuevo hogar a formarse.
1. la congregación del público y su motivo;
2. la creación del hombre a imagen y semejanza de D-os;
3. la creación de la mujer del hombre;
4. la recordación de la desolación de Jerusalem;
5. el deseo de felicidad tanto para el novio como para la novia como individuos;
6. los deseos para los novios como pareja.
La congregación del público en la Jupá no es simplemente para festejar, sino para glorificar a D-os, ya que la creación de un nuevo ser humano, capaz de reconocer a D-os, es el objetivo último del matrimonio y agrega a Su gloria. También sirve para hacernos recordar en cuanto al propósito de nuestra propia existencia diaria: glorificar el nombre de nuestro Creador por medio de nuestro comportamiento.
La creación del hombre y el festejo de su propagación son especiales antes que nada porque es el único ser creado a imagen y semejanza de D-os. Es el único ser que puede discernir entre el bien y el mal y tomar decisiones conscientemente. Destacamos la dimensión Divina y moral expresada en la unión celebrada.
El hecho que la mujer fue creada de la “costilla” del hombre implica el hecho que el uno sin el otro es un ser incompleto. Nuestros sabios explican que por medio de la Jupá se logra la reunión entre dos partes y no simplemente la unión entre dos seres independientes.
Cumpliendo con los salmos (137:5,6) “Si te olvidaré Jerusalem que mi mano derecha olvide su destreza ¡Que mi lengua se adhiera a mi paladar si no te recordare, si no he de traer a la mente a Jerusalem durante mi mayor alegría!” invocamos a la “estéril” Jerusalem y anhelamos su pronto reencuentro con todos sus hijos.
Pedimos a D-os que la alegría de los novios sea tan completa como la de la primera pareja en el Jardín de Edén, donde ninguno tenía duda que era el uno para el otro.
Finalmente pedimos a D-os que bendiga a la pareja con alegría, amor, cariño y compañerismo y que sea un hogar llevado adelante de tal manera que acerque la reunión final y permanente del pueblo de Israel en la Tierra de Israel.
Cinco Sonidos
Nuestros sabios señalan (Talmud Berajot 6b) el hecho que la séptima bendición hace referencia a cinco sonidos diferentes, del mismo modo que encontramos mención de cinco sonidos en la descripción bíblica de la entrega de los 10 Mandamientos (Exodo, 19:16,19).
“Todo aquel que disfruta de la celebración del novio y lo alegra, merece tener éxito en su estudio de Torá,” concluyen.
Los cinco sonidos de la Torá representan las cuatro dimensiones de interpretación de la Torá: Pshat, Rémez, Drush, Sod y la quintaesencia, Jasidut.
Las almas que la flamante pareja traerán, con favor de D-os, al mundo también se componen de cinco dimensiones: Néfesh (carácter), Rúaj (emoción), Neshamá (intelecto), Jaiá (subconsciente), Iejidá (esencia).
La formación de un nuevo hogar judío implica expresar en el mundo una arista más del infinito mensaje Divino por medio del vínculo íntimo entre el alma y la Torá que la nutre.