Reunión
De acuerdo a las enseñanzas místicas judías, cada pareja comparte un sólo alma que, al nacer, se divide y se viste en dos cuerpos diferentes. Llegar a la jupá es el momento no tanto de unión como de reunión y reencuentro con la mitad perdida de uno. Uno entra a la Jupá incompleto y sale completo.
Tres socios
El matrimonio judío no consiste de dos socios, sino de tres. El tercer socio es D-os mismo. Este concepto se expresa en las propias palabras hebreas por hombre y mujer, Ish e Ishá. Las dos palabras contienen tres letras, dos de las cuales, la alef y la shin, son iguales y forman la palabra Eish o fuego, mientras que la tercera es diferente en cada una, formando entre ellas, la Iud y la Hei, el nombre de D-os. Esto nos enseña que si la pareja se comporta como corresponde, D-os mismo mora entre ellos y si no, quedan dos fuegos, dos pasiones, que se consumen.
Matrimonio cósmico
El matrimonio entre el hombre y la mujer refleja el “matrimonio” entre D-os y el pueblo judío en el Sinaí. Hay muchas costumbres que se hacen en la Jupá que reflejan ese casamiento cósmico, como veremos a continuación.
Semana previa
Se acostumbra que durante la semana anterior al casamiento los novios no se vean. Esto sirve para aumentar su anticipación y evitar conflictos que se pueden generar por la tensión del casamiento.
La noche anterior a la Jupá la novia se sumerge en la Mikve o baño ritual por primera vez para purificarse en preparación a su encuentro con su novio. (Es importante consultar con el rabino antes de fijar la fecha del casamiento para contemplar el ciclo de la novia como también que no sea una fecha en la que no se realizan casamientos.)
Iom Kipur personal
El día del casamiento es como un Iom Kipur personal, ya que D-os perdona a los novios todo su pasado para que empiecen su vida juntos con una tabula rasa. Es por eso que los novios ayunan el día de su casamiento y dedican gran parte del día a recitar Tehilim o salmos. Es costumbre que el novio se sumerge en la Mikve el día de su casamiento para purificarse. Se acostumbra que tanto los novios como los padres y familiares aumenten los actos de Tzedaká el día del casamiento, generando así más bendición para la pareja.
Llegó el momento…
La Jupá o palio nupcial consiste de cuatro palos y un techo de tela. Vendría a ser el recinto del novio en el cual recibe a su esposa. La Jupá que cobija a los dos representa la presencia de D-os que los rodea. Está abierta a los cuatro puntos cardinales invocando la carpa hospitalaria de nuestro patriarca Avraham que tenía las puertas abiertas a los cuatro puntos cardinales.
Badéken
El novio, antes de entrar a la Jupá, pasa por donde está la novia rodeada de sus familiares y amigas y tapa su cara un el velo. Esta costumbre se llama Badéken en Idish o Kabalat Panim. Invoca el encuentro bíblico entre Isaac y Rivka quien se tapó la cara como expresión de pudor. Entrar a la Jupá con la cara tapada representa también el hecho que uno se casa con su esposa tal cual es y no basado en su apariencia.
Velas
El novio entra primero, acompañado por su padre y suegro o por sus padres. Cada uno de ellos lleva una vela encendida que representa las almas de los ancestros fallecidos que vienen a acompañar y estar presentes en la Jupá. También representa los fuegos que hubo en el Monte Sinaí en la “Jupá” entre D-os y Su pueblo.
Rey y Reina
El novio se coloca en el centro de la Jupá mirando hacia Jerusalem y espera la llegada de la novia. Siendo que el novio y la novia son considerados rey y reina en el día de su casamiento, tienen una fuerza especial de “decretar” bendiciones. Muy a menudo se verá los novios rezando bajo la Jupá, pidiendo por sus seres queridos.
Siete vueltas
La novia entra acompañada de su madre y suegra o ambos padres quienes también llevan velas encendidas. Al llegar a la Jupá dan siete vueltas alrededor del novio. Representa los siete días de la creación. Representa la creación de un muro protector alrededor de su familia. Representa el derrumbe – como en Jericó - de los muros interiores que separan y dividen.
Una vez terminada las siete vueltas se para a la izquierda de su novio, mirando en dirección a Jerusalem.
Eirusín y Nisuín
Antiguamente, el casamiento consistía en dos pasos con un intervalo de doce meses entre ellos. El primero paso, Eirusín, consistía en el hombre consagrando a la mujer, dándole un anillo u otro objeto de valor. A partir de ese momento quedó prohibida para todo hombre como también para su propio novio. Luego de doce meses de preparación, se realizaba el segundo paso, Nisuín, que finalizaba el proceso y a partir de ese momento les fue permitido vivir juntos como hombre y mujer. Hoy en día se hacen los dos pasos debajo de la Jupá, cada uno acompañado por una copa de vino distinto y sus respectivas bendiciones, separados por la lectura de la Ketubá, el discurso del Rabino y canciones del Jazán.
El Rabino recita las dos bendiciones de Eirusin sobre una copa de vino y les da un sorbito a los novios.
Invita a los dos testigos exclusivos y excluyentes para que presencien el acto de matrimonio. El novio le pone un anillo de su propiedad en el dedo índice derecho de la novia y declara que por medio de ese anillo la consagra para él como esposa. Es el testimonio de los dos testigos constituyentes lo que convalida el acto y hace que la pareja esté casada.
Se lee la Ketubá o contrato matrimonial en el cual están delineadas las responsabilidades del novio para con su flamante esposa.
Se llena una segunda copa de vino y se recita las siete bendiciones de Nisuín.
Romper la copa
Luego que los novios toman un sorbito y un “tomador designado” toma el resto del vino, se envuelve la copa y el novio la pisa rompiéndola en recuerdo del Templo de Jerusalem que está en ruinas, con la esperanza que el hogar que están por formar ayudará a acelerar su reconstrucción.
Ijud
Terminó la Jupá y los novios se encierran en un cuarto a solas para romper su ayuno y manifestar el hecho que son una pareja casada, ya que está prohibido para un hombre y una mujer no casados entre sí estar a solas en un cuarto cerrado.
Celebración
El casamiento se celebra con una cena y bailes (Kasher, por supuesto) y durante toda la semana se realiza las Sheva Brajot o siete bendiciones en cada comida en la que los novios y alguna “cara nueva” estén presentes.