31 de Marzo de 2011

Conceptos y Preceptos del Judaismo 

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Shabat (N° 11)

Uno de los temas más importantes y a la vez a menudo poco entendidos es el de Shabat.

Una de las tres preguntas más comunes que me hacen es ¿Por qué está prohibido andar en auto en Shabat, si andar en auto implica menos esfuerzo que caminar 10 kms. a pie? Y todavía fundamentan la pregunta con “antiguamente andar a caballo implicaba esfuerzo, así que se entiende porque estaba prohibido en un día de descanso, pero ¿¿viajar en auto implica trabajo??”

Veamos el tema de Shabat, su origen, su significado, su propósito, qué es y qué no es.

El origen de Shabat está en los Diez Mandamientos (Exodo,
20:8-11): “Recuerda el día de Shabat para santificarlo. Seis días trabajarás y harás todo tu trabajo. Y el séptimo día será un día de descanso para D-os tu D-os; no hagas trabajo ni tú, ni tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sirvienta, tu animal, y el extraño que se encuentra entre tus portones. Porque [en] seis días creó D-os a los cielos y la tierra y todo lo que se encuentra en ellos y descansó el séptimo día; por esto D-os bendijo el día de Shabat y lo consagró.”

O sea, D-os nos exhorta que descansemos el día de Shabat para respetar el día en el cual El descansó de la Creación y que haya consagrado para toda posteridad.

He aquí una pista para entender la particularidad del descanso de Shabat.

¿Cómo se entiende que D-os haya descansado? ¿Acaso un D-os que es Todopoderoso, con fuerza infinita puede cansarse? Y ¿cómo se supone que “descansó”, fue a Punta para el finde?

La respuesta es muy sencilla; no se trata de descanso de trabajo en el sentido de esfuerzo, sino en el sentido de creación.

Durante seis días D-os creó al mundo y el séptimo día abstuvo de crear. O sea, la palabra clave aquí no es abstención de esfuerzo sino de crear. Dichos dos conceptos no son siempre sinónimos, ya que uno puede hacer mucho esfuerzo sin crear nada, y uno puede crear algo sin mucho esfuerzo. Caminar diez kilómetros, por ejemplo, requiere esfuerzo pero no crea nada; prender un fósforo no requiere mucho esfuerzo, aunque sí crea algo.

Una vez que tenemos claro este concepto de “abstener de crear” nos queda por definir qué tipo de actividad se considera “creación” y por lo tanto prohibida en Shabat.

La característica básica de las actividades prohibidas en Shabat es que transforma algo de una manera permanente, ya que en realidad el hombre no puede crear nada, sólo transformar algo ya existente de una forma en otra.

Nuestros sabios en el Talmud (Shabat 73a) han identificado 39 prototipos de actividades prohibidas en Shabat. Todas las actividades mencionadas son las que fueron imprescindibles en la construcción del tabernáculo que D-os mandó al pueblo de Israel a construir en el desierto y cuya construcción fue prohibida el día de Shabat.

Son: 1) Sembrar; 2) Arar; 3) Cosechar; 4) Juntar; 5) Trillar; 6) Aventar; 7) Separar; 8) Moler; 9) Tamizar; 10) Amasar; 11) Hornear; 12) Esquilar; 13) Blanquear; 14) Peinar; 15) Teñir; 16) Hilar; 17) Estirar los hilos en la tejera; 18) Preparar la cadena para tejer; 19) Tejer; 20) Destejer; 21) Anudar; 22) Desanudar; 23) Coser; 24) Descoser; 25) Atrapar; 26) Faenar; 27) Descuerar; 28) Curtir; 29) Alisar; 30) Marcar; 31) Cortar; 32) Escribir; 33) Borrar; 34) Construir; 35) Destruir; 36) Apagar; 37) Encender Fuego; 38) Culminar el Trabajo; 39) Transferir de un tipo de dominio a otro.

Cada uno de estos prototipos incluye muchas aplicaciones más específicas, así que, por ejemplo, la prohibición de “sembrar” incluye la prohibición de plantar, podar y regar, ya que todas estas actividades tienen el objetivo de hacer crecer una planta y por lo tanto son una manera de “sembrar”.

Con esta información se nos aclaran muchas preguntas con respecto a lo que está permitido y prohibido en Shabat. Las leyes de Shabat son muy complejas ya que requiere mucho estudio y análisis fino para determinar si una actividad entra o no en alguna de las 39 categorías de “creación” o actividad prohibida en Shabat. Es realmente fascinante ver cómo se llega a las conclusiones halájicas, especialmente en el mundo de hoy con todas las innovaciones tecnológicas que requieren encontrar los antecedentes para poder definirlos según los criterios de halájicos de Shabat.

La tecnología no es sólo un desafío, nos presenta también con soluciones muy prácticas. El “reloj de Shabat” es un ejemplo. Siendo que apagar las luces en Shabat está prohibido, no había otra solución que dejar las luces prendidas todo el Shabat. El reloj de Shabat o “Timer” permite programar antes de Shabat que se apaguen las luces deseadas sin intervenir en Shabat. Hay quienes lo ven con cinismo, “hecha la ley, hecha la trampa”, dicen. En base a lo que explicamos aquí se entiende. No está prohibido que las cosas se hagan en Shabat, sino está prohibido que uno las haga en Shabat. Fíjate que en víspera de Shabat prendemos las velas de Shabat antes que empieza Shabat y siguen encendidas en Shabat!

El tema da para mucho, pero en esta instancia mi limitaré con esta breve introducción. No es mi objetivo agotar el tema, sino provocar mayor interés en el lector para que siga ampliando sus conocimientos por su cuenta.

Hasta aquí hablamos de lo que no se debe hacer en Shabat. Hablemos un poco de lo que sí se hace en Shabat.

“Porque [en] seis días creó D-os a los cielos y la tierra y todo lo que se encuentra en ellos y descansó el séptimo día…” (Ibid)

¿Cómo se entiende el “descanso” Divino y su emulación esperada de nosotros en ese día sagrado?

Descanso implica retraerse hacia adentro. Cuanto más profundo el descanso, tanto más profunda la retracción.

La Torá nos cuenta que D-os creó el mundo con la palabra “hablada”. La palabra hablada es utilizada para comunicarse con el mundo exterior; la palabra pensada, en cambio, se usa para comunicarse con uno mismo; es el lenguaje del mundo interior.

Shabat viene a ser, entonces, el día de la palabra “pensada”, tanto para D-os como para nosotros.

En Shabat nos desconectamos de nuestro vínculo transformador con el mundo exterior y nos dirigimos hacia nuestro mundo interior, hacia la comunidad, hacia la familia y hacia uno mismo.

Podríamos decir que los seis días de la semana “estamos”; en Shabat simplemente “somos”.

La semana que viene exploraremos, si D-os quiere, lo que sí hacemos en Shabat.

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