Conceptos y Preceptos del Judaismo 

 

Pirkei Avot V - El Origen del Mundo

 

Estoy manteniendo un diálogo con alguien sobre la edad del mundo. Es un tema fascinante, por cierto, sobre el cual la gente generalmente sabe muy poco más allá de algunos “hechos” que han escuchado en la escuela y en el liceo, sin nunca haberlos realmente investigado y corroborado a fondo.

Uno de los temas en discusión es cómo aparecieron los seres vivos complejos. Mi interlocutor plantea que evolucionaron a partir de seres vivos simples, mientras que yo sostengo que los seres de cada categoría de vida fueron creados por D-os especial e independientemente. El mismo D-os que pudo crear células simples con la capacidad de desarrollarse en seres más complejos, pudo haber creado los distintos tipos de vida directa y simultáneamente.
 
¿Qué ventaja tiene crear el mundo por medio de más involucramiento en vez de menos?
 
Encontramos una pista en la primera Mishná del capítulo de Pirkei Avot que estudiamos esta semana, el capítulo cinco.
 
“El mundo fue creado mediante 10 expresiones [Divinas]. ¿Qué nos viene a enseñar? ¡Pudo haberlo creado por medio de una sola expresión! Sino para cobrarse de los malvados que destruyen el mundo que fue creado mediante las diez expresiones y para dar buena recompensa a los justos que sostienen al mundo que fue creado mediante las diez expresiones.”
 
¿A qué se refiere con las “Diez Expresiones”?
 
Al principio del libro de Génesis, en la narración de la creación del universo, la Torá nos cuenta como D-os creó cada categoría de la creación por medio de unas palabras. Para crear la luz, por ejemplo, simplemente dijo1 “¡Que haya luz!” y hubo luz. Lo mismo ocurrió con los planetas, las plantas, peces, pájaros, animales y el ser humano. En total fueron diez expresiones.
 
A primera vista, lo que la Mishná nos está señalando es que, en realidad, D-os pudo haber creado al mundo con una sola expresión, “¡Que haya un mundo!”. ¿Por qué, entonces, optó por crearlo por medio de diez? Y responde que es para dar otro tipo de recompensa y castigo a los que mantienen y destruyen al mundo, respectivamente.
 
¿No parece algo “tramposo” y sin sentido decir que la razón por la cual D-os creó al mundo por medio de más declaraciones en vez de menos era simplemente para compensar y castigar más a la gente?
 
Además: ¿Cuál es la lógica? Si alguien paga $10 por algo que vale solo $1, y después alguien lo rompe, ¿debe pagarle $10 o $1?
 
También: Se supone que la recompensa y el castigo se dan cuando uno cumple o no con el objetivo, pero no que el castigo y la recompensa sean el objetivo..

Quizás podemos explicarlo de la siguiente manera:

El hecho de que D-os creó al mundo con diez pronunciamientos, en vez de uno sólo, implica que creó cada nivel de vida por separado y no que evolucionamos automáticamente a partir de un Big Bang. Es cierto que pudo haber creado al mundo por medio de un Big Bang, “un pronunciamiento”, pero optó por hacerlo de otra manera.

En otras palabras: no sólo que cada componente de la existencia es “powered by” Di-s; también es diseñado por D-os.

La recompensa y castigo no es necesariamente algo generado por su conducta que lleva a mantener al mundo (creado por medio de uno o diez pronunciamientos) o a destruirlo, sino es resultado de la manera que entienden la creación del mundo. 

Es por medio del (re)conocimiento del hecho que el mundo fue creado por medio de diez pronunciamientos en lugar de uno solo que uno puede entender correctamente la creación del mundo. Ignorar o negar este detalle le imposibilita entender correctamente la historia de la creación del mundo. La “recompensa” y el “castigo” son resultado de la perspectiva de uno mismo.

La “Corona” de la  Creación

El hecho de que las cosas fueron creadas individual y progresivamente hasta llegar a la “corona” de la creación, el hombre, implica un rol muy especial para el hombre. Implica que es una categoría especial en la creación, ya que fue creado, intencionalmente, después de todo lo demás.
 
¿Qué implica el hecho de que haya sido creado después de todo lo demás?
 
Nuestros sabios enseñan que hay dos implicancias: 1) si cumple con su rol y actúa como un hombre, dominando sus instintos, manifestando así su superioridad, resulta que todo el mundo fue creado para él. Llegó a un mundo ya hecho. 2) si no cumple con su función especial, y actúa como un animal, dominado por sus instintos, manifiesta su inferioridad; hasta el mosquito fue creado antes que él.
 
Las enseñanzas jasídicas ofrecen una perspectiva más profunda en esta enseñanza. Cuando el hombre domina su instinto, asciende a un nivel superior al de los ángeles (quienes si bien son perfectos, no tienen que lidiar con un instinto animal). Cuando se deja llevar por sus instintos, desciende a un nivel inferior al de los animales, ya que los animales no pueden optar por no seguir los dictámenes de sus instintos y el hombre que sí puede elegir y opta por seguir sus instintos, es inferior al animal.
 
Uno de los objetivos por el cual D-os creó al mundo fue porque quiso tener un “vínculo”. Un “vínculo” es posible únicamente con algo o alguien que puede optar por tenerlo o no. Por eso creó al hombre con una consciencia y libre albedrío. Es el hombre, creado “a imagen y semejanza” de D-os, el único componente de la creación que puede optar por fomentar un vínculo con D-os, al respetar Sus órdenes, o por ignorarlo. Cuando opta por fomentarlo, hace que el mundo entero esté cumpliendo con su objetivo.
 
“Súpercuerdas”
 
Es interesante el hecho de que la teoría científica de vanguardia hoy en día en cuanto a la descripción de la existencia es la así denominada teoría de las “supercuerdas”. Dicha teoría habla de diez dimensiones de la existencia. No solamente esto, sino que las divide en tres agrupaciones de tres más la décima. Hace miles de años que la tradición mística judía, la Kabalá, habla de diez poderes, sefirot, pronunciamientos, por medio de los cuales el mundo fue y sigue siendo creado… Y los divide en tres agrupaciones de tres, más el décimo.
 
¿Para qué?
 
Al final de la primera narración bíblica de la creación dice: “y D-os bendijo el séptimo día y lo consagró porque en él descansó de todo su trabajo que D-os creó para hacer.”
 
Nuestros sabios explican que las últimas palabras, “para hacer”, significa que D-os creó un mundo sin terminar. Hace falta “ponerlo a punto”. Esa es la tarea del hombre. Es el hombre, creado “a la imagen y semejanza” de D-os, con el poder de elegir entre el bien y el mal, quien puede llevar al mundo a su perfección. 

 

1. La explicación de lo que quiere decir que D-os “habla” escapa los límites de este espacio. En resumen la idea es que igual que la palabra hablada, la creación no requiere esfuerzo y debe ser generada continuamente