Pirkei Avot IV - Sabiduría, Poder, Riqueza y Honor
Jaimito salió a caminar una noche cuando se topó con su amigo Salomón quien estaba buscando algo en el piso.
“¿Qué es lo que estás buscando?” Preguntó.
“Estoy buscando mi reloj.”
“Y ¿dónde lo perdiste?”
“A cinco cuadras de aquí.”
“¿Por qué, entonces, estás buscándolo aquí?”
“Resulta que aquí hay más luz y se ve mejor…”
* * *
Hay cuatro metas que todo el mundo busca: sabiduría, poder, riqueza y honor. El problema es que no todos saben dónde encontrar lo que buscan. Suelen buscarlas donde parece ser más fácil, aunque sea lejos de donde realmente se encuentran.
Al comienzo del cuarto capítulo de Pirkei Avot, que estudiamos esta semana, leemos las siguientes definiciones de dichas características.
“Ben Zoma dice: ¿Quién es sabio? El que aprende de todos… ¿Quién es fuerte? El que domina su instinto… ¿Quién es rico? El que está feliz con su parte… ¿Quién es honrado? El que honra a las criaturas…”
A primera vista parece contraintuitivo.
1) ¿No es de suponer que el sabio es aquel que enseña a todos en vez de aquel que aprende de todos? Después de todo, el que es totalmente ignorante también puede aprender de todos, ya que todos saben más que él...
2) ¿No es de suponer que “fuerte” es aquel que domina a muchos más que a sí mismo?
3) ¿Qué tiene que ver felicidad con riqueza? Uno puede ser pobre y feliz y rico y triste. ¿Por qué es la felicidad lo que determina la riqueza?
4) ¿No es de suponer que el “honrado” es aquel que otros honran? Cualquier persona puede honrar a otro, pero no todos logran que los demás los honren. ¿Cómo lo transforma en “honrado” el hecho que honra a otros?
La respuesta es que hay una diferencia entre tener sabiduría y ser sabio, entre tener fuerza y ser fuerte, entre tener riqueza y ser rico, entre tener honor y ser honrado.
El Sabio y la Sabiduría
El que sólo tiene sabiduría, puede enseñar a muchos, a aquellos que saben menos que él. El que es sabio, empero, puede extraer sabiduría de todo y de todos. Todo lo que ve y escucha le deja una enseñanza para la vida.
El Poderoso y el Poder
El que sólo tiene fuerza puede dominar a aquellos que tienen menos fuerza que él. Es una fuerza relativa; es más fuerte que los que son más débiles que él. El verdadero fuerte puede dominar también a aquel que es tan fuerte como él. ¿Quién es tan fuerte como él? El mismo. La verdadera fuerza se manifiesta cuando uno puede superar, controlar y canalizar sus instintos en vez de ser dominado por ellos.
Nótase que el texto no dice el que domina al instinto, sino el que domina a su instinto. Es muy fácil dominar el instinto de otro… El verdadero desafío está en poder dominar el propio.
El Rico y la Riqueza
En cuanto al tema de la riqueza, no se define por la cantidad de ceros que tiene en la cuenta. “El que tiene 100 quiere 200,” dicen nuestros sabios, “y el que tiene 200 quiere 400”. El que quiere dinero nunca se satisface por el dinero. ¿Cómo, entonces, se puede obtener riqueza? La respuesta es que ser “rico” pasa por la actitud que uno tiene para con lo que tiene.
Encontramos (Génesis 32:4 – 33:17) un intercambio interesante que sirve para ilustrar el concepto de la verdadera riqueza. Luego de más de veinte de años de separación, nuestro Patriarca Iaakov, quien había escapado de la ira de su mellizo, Esav, decidió volver a casa. En el camino fue notificado que su hermano estaba en camino para enfrentarlo con cuatrocientos hombres armados. Iaakov se preparó para el encuentro de varias maneras, entre ellas mandar un regalo importante de animales y sirvientes para aplacar a su hermano antes de su encuentro.
Cuando se encontraron, Esav le pregunta a su hermano para qué es el regalo, a lo que Iaakov responde que era para encontrar la gracia en sus ojos.
“Tengo mucho,” dice Esav, “quédate con lo tuyo”.
“Por favor recíbelo, ya que D-os me bendijo y tengo todo,” insistió Iaakov.
¿Quién de los dos hermanos tenía más y quién era más rico, el que dijo tener mucho o el que dijo tener todo?
Cada uno de los dos hermanos tenía una perspectiva diferente en relación a su riqueza, tanto en cuanto a su origen como en cuanto a su propósito. Esav entendía que su riqueza fue generada por él y su astucia. “Si hubiese sido más astuto,” pensó, “podría tener más riqueza todavía.” Tenía “mucho”, pero no “todo”. En cuanto al propósito de la riqueza entendió que era para su disfrute. Por lo tanto, no estaba satisfecho con lo que tenía, ya que pensó que si tuviera más, tendría más para disfrutar. No era realmente rico. Lo que tenía no le alcanzaba.
Iaakov, en cambio, tenía otra perspectiva. Consideró que si bien trabajó mucho y duro, la riqueza generada fue resultado de la bendición Divina. Asimismo, el objetivo de su riqueza era para ser utilizada para servir a D-os. Si todo lo que tiene viene de D-os, era lógico que tenía todo lo que necesitaba, ya que si hubiese necesitado más, D-os le hubiese provisto de más. El tenía todo lo que necesitaba para realizar su misión de vida. Era realmente rico.
Eso, pues, es el significado de la definición de riqueza propuesta por Ben Zoma. El verdadero rico es el que entiende que tiene todo y es feliz con lo que tiene. Tiene claro de dónde viene y para qué está.
El Honrado y el Honor
¿Por qué honramos a alguien?
Hay dos posibles motivos: 1) por sus logros; 2) por lo que es. El que honra a alguien por lo que tiene o ha logrado, es un honor relativo y cuantificable; se honra más a quien haya logrado más. Resulta, entonces, que cuando se mira en el espejo, su autoestima dependerá de cuánto haya logrado. Si hay alguien más exitoso que él, se sentirá menos valioso. En cambio, aquel que sabe honrar hasta a las “criaturas”, a aquellos que no tienen un valor más allá del hecho de que D-os los haya creado, cuando se mira en el espejo, también verá a una criatura creada por D-os que merece ser respetado absoluta e incondicionalmente.
El verdadero honor se logra no por medio de pertenecer a tal grupo de snobs o a tal otro, sino por medio de valorar al más aparentemente simple ser humano por el simple hecho de haber sido creado a imagen y semejanza del mismo Creador quien nos creó a todos.
¿Cómo se logra?
¿Cómo se llega a acceder y activar dichas cualidades personales? Ben Zoma trae un versículo bíblico para fundamentar cada una de las definiciones. Es por medio del estudio de la Torá que podemos conectarnos con nuestra verdadera esencia de donde provienen esas condiciones.